Este año he vuelto a tener la oportunidad de vivir la diada de Sant Jordi como autor. A las cuatro de la tarde empezaban mis firmas en la parada de Landròmina en la Plaça Vella de Terrassa y lo hacía con mis fieles compañeros de viaje: Eurocorps y Little Renna. Los Eurocorps, viejos colegas renacidos en un recopilatorio (lo podéis comprar aquí) y la pequeña Renna buscando nuevos lectores a los que descubrirles el mágico mundo de Xadur.
Me llamó mucho la atención el efecto Dragon Ball, un manga con el que pasé parte de mi adolescencia, acompaña 20 años después a chavales como lo era yo. Son Gokuh y compañía se han convertido ya en un clásico imperecedero de las viñetas. ¡Pues claro!, eran ya las cinco de la tarde y las madres recogían a sus retoños a la salida del colegio, rumbo a las calles de la ciudad de Terrassa en busca del libro que comprar y la rosa que regalar. La Plaça Vella se empezaba a llenar y yo empezaba a dedicar los primeros tebeos de la tarde.
¡Me encanta Sant Jordi!